Blogia
Gloria

Despegando...

Despegando...

Parece mentira... cinco meses... Fue en mayo cuando escribí el último artículo de un blog que había estado plenamente vivo desde que germinara hace ahora casi un año.

Ni siquiera colgué un “cerrado por vacaciones”, como alguna vez ha hecho una buena amiga en su espacio a compartir, y, por si fuera poco, dejé en portada un artículo “de caras” que a alguno le  ha llegado a producir pesadillas... :)

Me fuí... quizá como empecé... de repente, pero no porque no tuviera cosas que contar, porque este tiempo ha dado para mucho, sino porque quizá me faltaba el arranque para comenzar a plasmarlas en esas palabras que, cuando creas, para bien o para mal... ya no desaparecen.

Llevaba varias semanas con el “runrún” detrás de la oreja: abría el blog, veía las dichosas caras y... ¡como que hasta a mí se me quitaban las ganas! Pero de repente... aquí estoy. Tenía la idea de buscar un hueco una madrugada, con la casa silenciosa y la mente ágil, para retomar, pero... estaba leyendo un capítulo de “trastornos” y... ¡lo he tenido que dejar! Las ganas me han podido y no me dejaban concentrarme en otra cosa. 

Miro para atrás y me doy cuenta de que... he tenido muchísima suerte. Este último año ha estado repleto de novedades, de descubrimientos, de encuentros y... también de reencuentros, pocos desencuentros sin embargo.

A veces conoces a gente que te deja huella, que hace aparecer en ti cosas que... no estaban, o que estaban dormidas, que estaban esperando tal vez... y te das cuenta de lo afortunado que eres. Esas personas puede que se conviertan en compañeros y compañeras de viaje estupendos con los que seguir descubriendo, o puede que, igual que las encontraste, les digas adiós sabiendo que jamás volverás a coincidir, sintiendo una mezcla de tristeza, pero también de orgullo, por el tiempo compartido.

Hace... ¿un año y medio? me encontraba en una complicada encrucijada de caminos. Mi brújula dejó de funcionar, como estos aparatos suelen dejar de hacerlo cuando el momento lo requiere y... llegué a sentirme perdida. Pero... como todo pasa, tras un tiempo de presiones en el pecho, divagaciones, temores e ilusiones... ¡chas! Se hizo la luz.

Y dejé unas cosas, y empecé otras y viví muchas, pero lo más importante es que... las disfruté casi todas.

Al final... va a cumplirse mi propósito: está anocheciendo, el cielo se está tornando violáceo, un momento íntimo...

Ya estoy preparada: DESPEGANDO...

 

5 comentarios

Paloma -

Pues...dejame pensar, no sé si he recogido banderines o banderillas...pero te eche en falta

Paloma

Gloria -

Paloma!

Cuántos banderines has recogido este lunes? :)

Yo también espero que nos enriquezcamos juntas y... con todos aquellos que se vayan atreviendo a escribir en nuestros, aún íntimos, universos digitales...

Besitos!

Paloma -

¡Qué bien!

Aquí estamos de nuevo y como si no hubiera pasado el tiempo.

Espero que sigas enriqueciéndonos con las experiencias vividas y los pensamientos generados a partir de ellas.

Bsos
La chica del "slalom"...jajaja

Gloria -

Eso digo yo, Alejandro: "ya era hora!" :)

Aunque a veces la hora... se hace esperar, y viene "a su tiempo", supongo que es cosa de no forzar.

Buenos deseos para este nuevo curso, pero no una lista de propósitos de esos que... como me di cuenta, entre otras cosas, por un artículo pasado... no se cumplen! mejor las sorpresas

Alejandro -

Vaya, vuelvo a tener otro blog que revisar (ya era hora¡¡¡)

Buena manera de (re)comenzar. Es increíble la de cosas que pueden pasar en un año, ¿no?

A ver qué nos depara éste...

Un saludo

Alejandro