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Gloria

Conectando e... integrando

Conectando e... integrando

The horse is completely dead. Now, we´re ready.

Broche de oro para algo que nos había llevado su tiempo pero que... creo ha merecido la pena.

"Secretos del corazón" era simplemente una excusa para hacernos indagar, para hacernos descubrir... curiosamente como ocurre con Javi. Creo que en cierta manera, transitábamos de "un lugar" a "otro", por ahora prefiero no calificarlos de nada pero... mencionar que, personalmente, creo que ha sido un camino hacia adelante: quizá ahora mi ojo es más hábil para percibir no sólo el "qué" sino también el "cómo".

Por ello, gracias.

*Y para seguir nuestra andadura... terminamos hablando de Kegan y su "Desbordados": más y más conexiones.

6 comentarios

Gloria -

En eso tienes razón!!

Apenas hablamos. ¿Será porque nos movemos mejor en lo virtual...?
Bueno, a ver si después de esta rachita, que estoy y supongo que estás desbordado... ohú!

Un besito.

Alejandro -

Ya quedaremos y lo hablamos. Apenas hablamos.

Gloria -

Sí, sí, fue buenísimo, jajaja, las caras indescriptibles.

Y siguiendo con el examen oral... el día que me he apuntado, que era el que realmente podía (no me gustaba que fuera el último)... lo veo demasiado concurrido! (algunos estarán muy contentos, calculando rápido... no más de 7 minutos contigo! Jaja). Intentaré arreglar un cambio... y en ese caso te lo comunicaré: quiero tiempo de sobra para disfrutar, a placer, de la temida “presión evaluadora” :P

Sobre la posibilidad de que lo tuyo sea un caso patológico a la hora de darle fin a las transiciones... yo también me lo planteo! : ) De hecho, pensaba yo hoy mientras daba vueltas por casa en uno de los necesarios descansos en estos días de horas frente al ordenador, que quizá esta era una manera, también, de “decirnos adiós”... de un modo más personal, ¿qué opinas?

Ah! Dices que “siempre pasa lo mismo”... ¿te refieres a que siempre falta tiempo para evaluar el programa...? ¿a qué siempre hay dificultades para hacer distinciones e ir más allá...? Si es lo primero, yo habría estado allí bastante tiempo más, te lo aseguro; si es por lo segundo... me lo creo, porque creo que no es nada fácil... me pregunto qué secuencia interna deberían seguir los receptores de una asignatura como ésta o de cualquier otro tipo de experiencia formativa con objetivos similares, para profundizar en sí mismos y en el sentido que se da a lo que se maneja... y, a partir de ello, ser capaces de percibir algo que antes no se percibía, de dar importancia a elementos diferentes... En realidad, me cuestiono si eso es posible en un contexto así o se necesitan más estímulos, más pulsiones internas, más auto-motivación...

-Creo que tu intento por evaluar lo “hecho” y no a los “productores” estuvo muy bien, la verdad, pero también me di cuenta de que no todos lo percibieron así, a pesar de la elegancia.

-Tienes razón en que me podía haber movido, en que podía haber transitado entre la frontera del “observar” y el “actuar”, que por supuesto no son excluyentes. Me da qué pensar... quizá pueda desentrañar el por qué de no haberlo hecho y el por qué de hacerlo, si le encuentro relevancia, en un futuro.

Bueno, loco innovador, a la par que refinado humor (cito: “yo me limite a seguirte, tú a liderarme”, ha tenido gracia, jajaja), me despido también de momento, sin saber si este lapso se prolongará o quedará cerrado hasta nadie sabe cuándo.

Un beso.

*¿¿Qué no guarda relación, al menos últimamente desde mi perspectiva, con los órdenes de conciencia?? No sabes la de cosas que me están pasando, o más bien la de cosas que estoy percibiendo acerca de cosas que me han podido pasar decenas de veces, últimamente... Te quería pedir alguna referencia más para indagar.

Alejandro -

Ja ja ja ja ja ja ja ja ja

fue bueno lo del examen oral, ¿eh?

Esa me la tenía guardada, y desde hacía tiempo.

Tranquila sobre la evaluación del programa, y tanto que es suficiente con esto.

Si te sirve de consuelo siempre pasa lo mismo. Creo que estaría bien que escribiera más sobre ello en el blog.

No es fácil separar qué se propone con quién lo propone. No es fácil separar la crítica de una propuesta de criticar al que la propone.

Pero si ni siquiera notamos esto, si ni tan siquiera distinguimos estas opciones, poco hay que hacer. Bueno, sí... reaccionar.

En mi (precipitada) evaluación de ayer (por suerte también os disteis cuenta vosotros mismos de lo esencial) quería ante todo comprender lo que había ocurrido, evaluar lo hecho. No a quiénes lo habían hecho, si no nos quedaríamos pillados sin avanzar. Y la responsabilidad es de todos, de los que hablan y de los que callan. Lo peor es atender sólo al producto y ni tan siquiera entender el proceso que lo posibilita.

Bueno, ya has dicho tú misma mucho, muchísimo. En tu papel de observadora has observado mucho y bien. Pero podías haberte movido entre observar y actuar. Actuar gracias a que observas. Bueno, ya lo harás cuando estés en situación donde actuar sea más importante o relevante, aún.

Ah... y hago lo del examen oral porque considero que es importante y necesario para más de uno/a. Sobre todo los que consideren que no hay tiempo para prepararse con tanta tarea que tenéis por delante ja ;). O los que lo encuadren como una evaluación-calificadora al uso. ¿Usaréis las distinciones esta vez u os limitaréis a observarlas, o meramente a reaccionar?

Muchos creo que ya habían aparcado toda la primera parte. Puede que siga aparcada ja... No lo creo en tu caso.

Quien sabe, a lo mejor lo mío es un caso patológico de no terminar con una transición necesaria... cursus finalis interruptus... o algo así ,)

Me encantó ver las caras. Ah... y Patricia (de Diego) tiene parte de responsabilidad en la propuesta final que hice, algo interesantemente sorpresivo, por otra parte.

¿Y guarda todo esto relación con lo de los órdenes de conciencia? Quien sabe... también lo podríamos resolver meramente en la adquisición o no de ciertas habilidades de autogestión complejas.

Bueno, que no me quiero enrrollar otra vez.

El loco innovador se despide de momento, en este lapso temporal del 2008, este hueco en el tiempo que nos hemos inventado, bueno, que tú has promovido, no me atribuyas a mi tus genialidades, yo me limito a seguirte, tú a liderarme ,)

Un beso

Alejandro

Gloria -

Vayaaa!

Agradables sorpresas de la vida. Me levanto y había pensado escribirte por alguna vía (¿email? ¿comentario a post atemporal? esta vez no me apetecía publicar “en portada”) para hacer referencia a la sesión de ayer prometiendo una explícita evaluación, si así me lo permitías, junto con el “examen”.

Yo no sé si mi ojo es más hábil, lo que sé es que veo demasiadas cosas, y que a veces me aturullo, jaja. Muy pertinente lo que escribía en diciembre de 2008, sobre todo cuando me doy cuenta de que podría estar escribiéndolo ahora mismo: por el puente, por el “cómo” y por... Kegan, que al final siempre reaparece en mis momentos de reflexión, por algo será...

En cuanto al “por qué”... quizá estoy profundizando en él.

Y a veces para profundizar, y a veces en las transiciones en las que te haces más CONSCIENTE (lo mencionaste ayer en clase y lo subrayé como diez veces, porque es algo en lo que pienso últimamente mucho) de lo que a tu alrededor ocurre, creo que un rol de observadora... de alguna manera sale solo, porque permite bastante movilidad.

En cuanto al cierre de ayer... sí que me pareció algo precipitado, sí que me di cuenta de que me quedaba con cierto regusto amargo a partir de algunas de las intervenciones, pero a pesar de eso... me mantuve en mis trece (del silencio), a pesar de eso... he salido satisfecha (y te garantizo que no he sido la única) de algún modo.

Tienes razón, lo que hablamos en el pequeño grupo fue bastante interesante, cosa de agradecer en una sesión tan especial como prometía ser esta, porque a veces... te da la impresión de que das vueltas y más vueltas sobre temas sin relevancia y te es imposible encauzar las conversaciones hacia aquello en lo que te gustaría profundizar, hacia aquello que consideras realmente interesante (pero de nuevo, cuestión de percepciones).

Sobre “no ser portavoz más a menudo”... claro que podríamos hablar de eso en más profundidad, pero creo que me ha ocurrido por dos razones.

La primera, ya te comentaba antes, en esta asignatura he adoptado un rol más cercano al de observación. Puede que al principio fuera inconsciente (oh no! jaja), pero pronto me di cuenta de que me resultaba bastante enriquecedor. Por ejemplo, no veas lo que ayer disfruté viendo cómo lidiabas con comentarios que a mí me estaban haciendo hervir la sangre por dentro, cómo gestionabas como si nada un situación que en mí estaba produciendo reacción pura y dura.

La segunda, y en el caso de ayer... retomo lo de mi “reacción pura y dura”. Alejandro, me quedé bastante descolocada con algunas de las intervenciones de la gente, y lo que me sugerían sus aportaciones, en un primer momento, quizá habría sido transmitido de una manera algo “violenta”.

¿Qué podía decir...? ¿Que me estaba dando cuenta de que el 80% de la gente no tenía claro el objetivo de la actividad que hicimos y se referían a él (“lo hemos alcanzado”) como si lo estuvieran?

¿Qué podía decir...? ¿Que la parte más importante de lo que sería la sesión, el “protocolo de actuación”, la “dirección”, la línea que ligaría todo, el por qué, nuestra idea, apenas se tocó, supeditada ante la mayor importancia dada a aspectos más relacionados con el “qué”?

¿Qué podía decir...? ¿Que fui algo cobarde al no apoyar más las sugerencias de David de utilizar la experiencia en el parque natural y no hacer el “tonto” hablando sobre actividades cooperativas?

¿Qué podía decir...? ¿Que efectivamente existían varios tipos de motivaciones en la clase y que la de “afiliación”, que era la que predominaba, pudo haberse cumplido con creces pero que en cuanto al resto no estaba yo tan segura?

¿Qué podía decir...? ¿Que tenías toda la razón cuando dijiste que no se tuvieron en cuenta las distinciones que habíamos hecho a lo largo de la asignatura...?

¿Qué podía decir...? ¿Que la irrefrenable satisfacción que muchos de los componentes del grupo mostraron al terminar la sesión (debido a que: “¡han hablado precisamente del tema que nosotros queríamos! ¡han reflexionado ellos solos!) vino motivada por la intervención (en mi opinión pertinente, aunque algo triste que tuviera que surgir por esa vía) de su profesor y no por nuestras habilidades a la hora de gestionar la conversación...?

¿Qué podía decir...? ¿Que ya en el momento de repartirse los roles de “observadores” la última sesión de preparación del programa intuía que no asumirían su papel? Me hacía gracia oír a la gente el día de la sesión “no,no, si yo soy observador”, “no, no, si yo controlo el tiempo”... ¿no era una manera de huir del posible protagonismo en el grupo? ¿pero no era la función de los observadores precisamente la de rescatar “perlas” de la sesión para luego volcarlas en la puesta en común...? Pero... ¿por qué no dije que yo sería observadora? Pero... ¿realmente era necesario “ser observador” para luego hablar? (vimos que no).

Pues no, no dije nada. Y escuché; escuché cosas que no compartía y que me revolucionaron por dentro. Y por una parte pensé que era una pena que la cosa se cerrara así, pero también pensé que por qué iba a cerrarse “mejor” de otra manera, si por ejemplo hablara y dijera todas esas cosas que he puesto más arriba y que me daba miedo no compartir de una manera adecuada para que no pareciera un ataque. En realidad el “ataque”, de haberlo sido, no iba hacia los demás, sino también hacia mí misma, la diferencia es que... creo que yo ya lo había aceptado, pero no sé si el resto lo habría hecho... De hecho, y a pesar de lo que a mí me parecieron geniales habilidades a la hora de conducir y re-conducir la conversación, percibí como había gente con posos de indignación al darse cuenta de que estabas sacando a la luz debilidades que tuvimos como grupo y creadores de un programa (gracias a dios que las tuvimos!! Si no... qué??), ¿qué se esperaba...? ¡¡No veas la de gente que me comentó, al terminar la sesión del miércoles pasado, que estaban deseando que les dijeras lo que TE había parecido el programa!! Pero... ¿de verdad quería saberse? ¿o es que se quería que el contenido fuera otro...? ¿uno mucho más basado en la palmadita en la espalda, en la sonrisa y en el “ha estado genial”...?

Fueron curiosas también las reacciones que, basándose (escudándose, diría yo) en el factor tiempo, justificaban las carencias o limitaciones (normales por otro lado, sino no hay aprendizaje) que tú, por fin, estabas haciendo explícitas. Como bien dijiste... grupos anteriores que habían contado con más sesiones de preparación... también habían recurrido a este factor como “culpable” de un “resultado” no tan deseable como se esperaba. La verdad es que creo que la falta de tiempo no era excusa, porque... ¿si hubiéramos tenido más tiempo habríamos, por ello, tratado los aspectos realmente importantes a la hora de hacer el programa (nuestra dirección, nuestro cómo y nuestro por qué) o habríamos seguido concretando aspectos meramente relacionados con el qué...? ¿habríamos realmente ganado en riqueza, profundidad y sentido...?

A mí me encantó que nos dijeras lo que habías visto, también que tuvieras la deferencia de comenzar con un “estuvo bien” (¿qué es “bien”? :P menos mal que luego profundizaste algo...) que quizá tenía cierta verdad pero que sobre todo era una especie de entradilla en términos positivos (la gente lo necesitaba)a la evaluación en sí, útil y con fundamento. Dijiste que “nos gestionamos bien como grupo”... vale, sí, pero tenías que darnos más información, más feedback, algo sobre lo que construir. De hecho luego dijiste lo siguiente: “Hay veces que el grupo es menos que la suma de sus partes”, que en mi opinión era una concreción a tu primera intervención con respecto al grupo, una especie de “sí, pero...” que no sé si en líneas generales se percibió de esta manera.

Me quedo con muchas cosas de la asignatura en general, y de la sesión de ayer en particular, pero sobre todo con lo siguiente: “Si no hay conflicto no hay construcción”, “Si consensuas muy rápido... malo”, “Necesidad de aprovechar las situaciones de conflicto y debate”. ¿¿Por qué en las sesiones presenciales se atajaba rápidamente cualquier opinión que se salía de la norma?? ¿¿por qué se violentaba la gente ante los intentos de otros por ir más allá?? ¿¿por qué me violentaba yo (de ahí el “Bien tocada”) al darme cuenta de que cortaban las alas a alguien a quien aprecio y que se acerba al quid de la cuestión?? ¿¿por qué me violentaba aún más cuando me daba cuenta de que otras personas a las que aprecio en otro sentido no se daban cuenta de que renegaban ante algo que parecía más complicado pero que era lo realmente importante??

¿Acaso a mí tampoco me gustaba el conflicto? ¿Acaso veía que las personas eran incapaces de gestionarlo (y que yo tampoco me veía con la capacidad de asumir cierto control) y que esto hacía que se atacaran personalmente y no me gustaba?

En definitiva: los bastiones de rebelión fueron, en líneas generales, aplacados por una “mayoría”. Sin embargo... el tiempo apremiaba, y cuando se usó la plataforma virtual para compartir un posible esquema de sesión, que ya no eran ideas sueltas y abiertas o sugerencias para debatir entre todos (lo que causaba ansiedad, ante la no existencia de “propuestas concretas” y la necesidad de “construir juntos”) sino un plan muy estructurado y justificado... todos dijeron que “sí”. No hubo conflicto, porque ya se daba un plan cerradito, porque era cómodo aceptarlo y porque lo que sí que no era cómodo era hacerse notar por esta vía, con nombre y apellidos, y justificar el por qué de una negativa ante la propuesta sin contar con el previsible apoyo de algún compañero que, mientras tú hablabas en clase, probablemente habría asentido o habrían comenzado a murmurar cierto discurso aprobatorio de apoyo. A mí me gustó mucho la propuesta de David y Esther; creo que fue un buen intento de marcar diferencia sobre la línea que parecía seguirse (centrada en el “qué”, “qué”, “qué”), una brecha en lo que ya parecía estar definiéndose como un plan de sucesión de actividades sin mucha conexión. Sin embargo... creo que faltó que concretáramos, que nos hiciéramos conscientes de lo que se pretendía hacer con esa secuencia propuesta, que tuviéramos un propósito común, que la gente supiera qué se hacía... Creo que también faltó que cuidáramos la parte final de lo que sería nuestra sesión: la puesta en común...

Faltaron cosas, bastantes, pero... de todo se aprende.

En fin... ya no te pido "permiso" para entregarte una evaluación del programa junto a mi autoevaluación... Aunque sin revisiones y muy salida de dentro... creo que aquí la tienes en gran parte. Ay, Alejandro... la que te he soltado sin comerlo ni beberlo : )

Un abrazo y gracias por proporcionarme, probablemente sin estudiadamente planificada intención (¿o sí...? yo contigo ya no sé...) una vía ideal de comunicación.

*Ah!! con lo que sí que me quedo fue con el colofón, con la sorpresa que nos tenías preparada. Creo que sólo David y yo sonreímos! Descolocaste muchísimo a la gente, las caras de horror se sucedían, los comentarios después de clase me hacían muchas gracia... “Pero este Alejandro!!!! ¿¿¿cómo se le ocurre poner un examen oral??? ¿¿¿está loco??? ¡¡¡vale ya de innovar!!!” Jajajaja.

Alejandro -

Hola

Estoy practicando esto de viajar en el tiempo.

¿Es ahora tu hojo más hábil también a la hora de percibir no sólo el "qué" sino también el "cómo" (y añadiría) y el "por qué"?

Qué clase más difícil hoy. El cierre demasiado precipitado me temo. La conversación de tu grupo parecía de lo más interesante. Al final llega a la discusión plenaria un 10% sintético de lo que se habla, muy generoso soy, ja...

Bueno, ya iré poniéndome al día con vuestras reflexiones. Tus amigas parecían diferentemente colocadas, a ver si hay sorpresas.

Ya te preguntaré en otra ocasión el porqué de eso de no querer hablar en público, de no ser portavoz más a menudo, ya te lo preguntaré otro día ;)

Bueno, como con secretos del corazón hoy también se han desvelados secretos, ¿no?

Chao

Alejandro