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Gloria

Genio...

Genio...


Él se da cuenta
Y asustado se lamenta
Los genios no deben morir


Bigote rocococo
De dónde acaba el genio
A dónde empieza el loco


Mirada deslumbrada
De dónde acaba el genio
A dónde empieza el hada

 
En tu cabeza se comprime la belleza
Como si fuese una olla exprés

Y es el vapor que va saliendo por la pesa
Mágica luz en Cadaqués

2 comentarios

Gloria -

Muy... no se cómo explicarlo, tiene mucho sentido, Alejandro, ME GUSTA.

Experimenté algo parecido y lo experimento muchas veces.

En muchas ocasiones, yo también estoy situada en un umbral, dispuesta a saltar en cualquier momento, según los acontecimientos me vayan guiando por el camino...
Me da la impresión de que... de nada me vale, como sin querer suelo hacer, pensar en el futuro y en las decenas de cosas que me gustaría experimentar porque al fin y al cabo... casi nunca podemos predecirlo. Me están llegando, de un lado y de otro, estímulos que, inevitablemente, y para bien o para mal (siempre esperamos que para bien) están ya alterando el curso de lo que vivo y que puede que tengan trascendencia futura (o no?).

No conocía el significado de numinosidad (numinoso: perteneciente o relativo al numen como manifestación de poderes divinos...).
Esos poderes divinos... a mí también me alteran, trascendiendo a lugares que creía insospechados.

Mil gracias por el poema.

Alejandro -

Tengo un asunto inconcluso.

La verdad es que lo que recordé al leer lo que escribiste fue un poema que escribí en Alemania, mientras esperaba un tren que me devolvería a España, tras una semana muy especial en Jena.

Escribí lo siguiente que no tendrá ningún sentido para quien no haya vivido algo parecido:

Soy el hombre liminal,
trascendiendo una búsqueda que no cesa
Golpeado amablemente por la vida,
tan generosa a veces,
tan cruel otras.
La numinosidad me altera la conciencia
Me lleva más allá aunque de tan intenso
duela y quema.

¿Experimentaste esto?